El Gallinero de Sandra. Canto a la buena mesa
Dice el refrán que “un buen gallo, en cualquier gallinero canta”. Pues en el de Sandra no sabemos si cantará el gallo pero comer, comerá muy bien si le gusta la comida de calidad y el servicio agradable. En pleno centro de la ciudad, entre las conocidas calles Trajano y Amor de Dios, que unen la Campana y la Alameda, se esconde en un pasaje El Gallinero de Sandra, con más de diez años de experiencias gastronómicas ya a sus espaldas.
Su cocina mediterránea y sus deliciosas tapas, pescados y carnes no pasan desapercibidas para aquel que se decida a adentrarse y pedir la carta. El ajustado horario de mediodía (de 13.45h a 16.45h) ya nos advierte que se van a cuidar mucho los detalles del buen restaurante, es decir, la elaboración cuidada, el gusto por la calidad en los productos y la importancia de la comida, objetivos principales del buen sibarita si el precio acompaña.
En su variada exposición nos decidimos por:
- Raviolis de seta y gamba.
- Papas bravas con chile de árbol.
- Croquetas de gambón rojo.
- Pollo con anacardos y noodles.
Todas nuestras innovadoras peticiones fueron de una gran altura gastronómica, destacando sin duda un clásico entre las tapas más tradicionales, las patatas bravas. No sabemos de qué árbol se saca el chile que agrega Sandra pero este entrante está realmente rico, rico. El pollo, que también te mostramos, tiene un aspecto básico muy chinesco pero también está muy bueno.
![]() Papas bravas con chile de árbol – El Gallinero de Sandra |
Los entrantes, tanto calientes como fríos, son bastante abundantes, por lo que no duele demasiado pagar entre 8 y 10 euros por cada uno. Con ganas de probar otros bocados (por ejemplo, coslow con bacon y maíz tostado, tallarines con espárragos y pluma ibérica, aliño griego con feta y nuggets), visitaremos de nuevo este gallinero, donde además puedes encontrar ‘pica-pica’ por 4-5 euros y platos (carne o pescado) entre 11 y 18 euros, cazuelas de arroz y, para concluir, postres elaborados, tes, helados e infusiones.
Un pasaje para visitar en el centro
El Gallinero de Sandra se aprovecha de su situación en el pasaje para disponer una tranquilísima terraza con una decena de mesas, que se suma a la interior, y que también supone un aliciente más para probar alguna de sus ricas tapas. Mención aparte, y positiva, merece el servicio, tan de agradecer cuando sales a comer a la calle, hasta el punto de llegar a mecer al más pequeño de los invitados de nuestra mesa…
La visita nos salió por 34 euros (17 por persona, ya que el tercer comensal prefirió tomar solo leche), quizá un poco excesivo en el precio ya que no hubo lugar a postres ni nos pasamos en la bebida. La calidad se paga…cada vez más. Lo cierto es que la comida está muy buena y que El Gallinero de Sandra es una estupenda opción cuando te dirijas al centro a comer. Puede que salgas de allí cantando…
Situación: Pasaje Esperanza Elena Caro, 2 . Aquí tienes la ubicación en Google Maps.
Lo mejor. Las papas bravas. Ni en el más castizo bar de Madrid!
Lo peor. Las tapas, aunque depende de cuál no se quedan cortas, pueden resultar algo caras para los bolsillos más en crisis.
Y tú, ¿has comido alguna vez en El Gallinero de Sandra? Dinos qué te pareció.
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